Cuando contraemos obligaciones financieras como créditos o préstamos de distinta índole, si no realizamos una planeación adecuada podemos caer en la insolvencia.
Por eso, antes de comprometernos a un financiamiento, es relevante conocer cuál es nuestra capacidad de pago y hasta dónde podemos responder ante un préstamo.
¿Qué es la insolvencia?
La insolvencia se refiere a la incapacidad de una persona para cumplir con sus obligaciones financieras, incluyendo el pago de deudas y compromisos económicos.
Cuando alguien o una empresa no puede hacer frente a sus responsabilidades financieras, puede enfrentar dificultades económicas que pueden ser graves.
La insolvencia puede ser causada por diversas razones como la falta de ingresos suficientes para cubrir gastos.
También se puede deber a un exceso de deudas, problemas económicos fuertes y frecuentes o situaciones imprevistas como enfermedades o la pérdida del empleo.
Se puede recurrir a opciones como la reestructuración de deudas.
Los procesos de insolvencia pueden implicar la liquidación de activos para pagar a los acreedores o una negociación para llegar a nuevos acuerdos de pago.
¿En qué consiste la insolvencia?
La insolvencia consiste en que una persona u organización no puede cumplir con sus obligaciones financieras, ya sea el pago de deudas o cualquier otro compromiso económico.
Esta incapacidad puede deberse a una serie de razones, como la falta de ingresos suficientes para cubrir los gastos, un exceso de deudas acumuladas o circunstancias económicas adversas.
En el contexto legal, México cuenta con la Ley de Concursos Mercantiles que regula los procedimientos de insolvencia para empresas, permitiendo la reestructuración de deudas y la protección de activos.
Cuando una empresa o individuo se declara insolvente, puede optar por acogerse a esta ley para buscar soluciones a sus problemas financieros.
Los procesos de insolvencia pueden implicar la reorganización de las finanzas, la venta de activos o la liquidación de bienes para pagar a los acreedores.
En México existen mecanismos legales y procedimientos para manejar de manera ordenada y justa la insolvencia, protegiendo los derechos de todas las partes involucradas.
Tipos de insolvencia
De acuerdo con Santander, existen dos tipos de insolvencias:
Insolvencia de flujo de caja o efectivo.
También es conocida como insolvencia de liquidez. Se refiere a una situación temporal, y específica, en la que una persona o empresa no dispone del suficiente efectivo para pagar las obligaciones financieras en la fecha pactada, pero sí cuenta con los recursos necesarios para hacerlo en un plazo de tiempo corto.
En este tipo de insolvencia se tiene en cuenta que los activos como bienes, ahorros o inversiones, entre otros) sean mayores que los pasivos y se puedan utilizar con facilidad para conseguir liquidez.
Insolvencia de balance o patrimonial.
Consiste en que el tamaño de las obligaciones financieras de una persona o empresa son tan grandes que son imposibles de pagar, ya sea con los ingresos actuales o con la venta de los activos.
En este escenario, el paso a seguir podría ser la reestructuración de las deudas o la venta de los activos.
Consecuencias de un proceso de insolvencia
Según el banco Santander, dentro de las consecuencias que se derivan de la insolvencia están el pago de intereses moratorios.
Si se trata de insolvencia de balance, a la liquidación de tus activos, se registrará el daño en el historial o expediente financiero.
Ahí se registran las deudas y los impagos. Esto te dificultará tener acceso a productos y servicios financieros como créditos.
También existe la posibilidad de que la insolvencia sea considerada un delito cuando se comprueba que la persona o empresa ha evadido la obligación de pago a través de actos ilegales.
¿Cómo prevenir la insolvencia de una persona?
La prevención de la insolvencia personal implica una gestión financiera sólida.
También exige la toma de decisiones responsables en relación con los ingresos, gastos y deudas.
Para evitar caer en la insolvencia, te compartimos algunas medidas clave para llevarlas a cabo.
Elabora un presupuesto. Registra tus ingresos y gastos. Esto te dará una visión clara de tu situación financiera y podrás identificar áreas donde puedes reducir gastos.
Quita gastos innecesarios. Revisa a detalle tu presupuesto, así te identificará gastos superfluos para que los reduzcas, o, incluso, los elimines.
Ahorra. Establece un fondo de emergencia para hacer frente a gastos inesperados, como reparaciones o gastos médicos. Ahorrar de manera regular es esencial.
Gestiona bien tus créditos. No acumules deudas más allá de tu capacidad de pago y las que adquieras págalas a tiempo, con esto evitarás cargos por cobranza o intereses moratorios.
Genera ingresos adicionales. Explora oportunidades para aumentar tus ingresos como trabajos proyectos freelance.
Educación financiera
La educación financiera es fundamental para un sano desempeño económico.
Para lograrlo aprende sobre finanzas personales. Esto te dará la oportunidad de tomar decisiones informadas y acordes con tu capacidad de pago y tus necesidades.
Existen cursos, muchos de ellos gratuitos además de otros recursos como diplomados, libros y folletos que pueden ayudarte a mejorar tu comprensión financiera.
Esto te permitirá hacer planes incluso de largo plazo, ahí aprenderás a elaborar planes con metas y cómo alcanzarlas.
Esto puede incluir la jubilación, la compra de una vivienda o la educación de tus hijos.
La prevención de la insolvencia personal se trata de tomar medidas proactivas y mantener un equilibrio entre tus ingresos y gastos, lo que te ayudará a mantener una situación financiera sólida y evitar problemas económicos graves.
Asesórate con expertos
Parte de prevenir la insolvencia implica el acercarte a expertos financieros que te guíen sobre las opciones o caminos que puedes tomar para alcanzar el sueño de ir construyendo tu patrimonio.
Una gestión financiera prudente incluye asesoramiento financiero. En SOC, Líderes en Asesoría Financiera te acompañamos para que puedas decidir cuál es el mejor crédito hipotecario para comprar tu casa, tu terreno, construir en él, o incluso, obtener liquidez.
También, te podemos guiar para elegir tu crédito de auto, empresarial, asegurar tu patrimonio o realizar inversiones.
La insolvencia puede tener efectos significativos en la vida de las personas y las empresas, por lo que es importante tomar medidas proactivas para mantener una situación financiera sólida y evitar la insolvencia.
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