¿Vale la pena endeudarse para comprar una casa?

Existen deudas buenas y malas, saber cuáles son las diferencias te ayudan a tener finanzas sanas.

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Comprar una casa es una de las decisiones más importantes en la vida, pero se debe hacer con la asesoría correcta.
Comprar una casa es una de las decisiones más importantes en la vida, pero se debe hacer con la asesoría correcta.

No todas las deudas son negativas, hay algunas que valen la pena, por ejemplo, comprar una casa puede ser una de las mejores decisiones financieras que tomes. ¡Pero hay que saber cómo hacerlo! El crédito hipotecario representa el escenario perfecto de «deuda buena»: te permite adquirir un bien que se convierte en patrimonio, mejora tu calidad de vida y te permite tenerlo en un menor plazo que el que tardarías en juntar el dinero para pagar de contado. 

¿Por qué comprar casa es una deuda buena?

Cuando hablamos de deuda buena, nos referimos a aquella que te ayuda a construir patrimonio o mejorar tu situación financiera. Comprar una vivienda cumple perfectamente estos criterios:

  • Construyes patrimonio real: Cada pago mensual aumenta tu participación en la propiedad. A diferencia de la renta, que «desaparece» cada mes, tu dinero se convierte en valor acumulado.
  • Proteges tu inversión: Las propiedades suelen aumentar de valor con el tiempo, protegiéndote contra la inflación. Lo que hoy cuesta 2 millones de pesos, en 10 años podría valer 3 o 4 millones de pesos, todo dependerá de la zona y terreno.
  • Estabilidad familiar: Tener casa propia te da seguridad emocional y la libertad de modificar tu espacio como gustes, sin depender de la aprobación de un arrendador. Incluso a futuro, este bien puede servir como garantía ante otro financiamiento.
  • Beneficios fiscales: Quizá no lo sepas, pero puedes deducir intereses hipotecarios en tu declaración anual, reduciendo lo que te toque pagarle al SAT.

¿Cómo identificar una deuda «mala»?

La deuda mala es la que financia gastos que no te generan valor ni beneficio futuro y probablemente no durarán (vacaciones, ropa, entretenimiento), que además pueden implicar tasas de interés altas y sin un plan claro de pago. 

Las tarjetas de crédito son el ejemplo perfecto: cuando solo pagas el mínimo mensual, los intereses del 40-70% anual hacen que tu deuda crezca más rápido de lo que puedes pagar. Si ya tienes este problema, existen soluciones que pueden ayudarte a pagar la deuda con un mejor plan de pago, de acuerdo a tus posibilidades y reduciendo radicalmente los intereses.

¿Cuándo es el momento para solicitar un crédito hipotecario?

Antes de tomar una decisión importante como esta, tienes que considerar distintos factores:

Situación financiera actual

  • Ingresos estables: Necesitas demostrar al menos 2 años de ingresos consistentes y comprobables
  • Capacidad de pago: Las mensualidades no deberían superar el 30% de tus ingresos familiares
  • Historial crediticio sólido: Un buen score te dará acceso a mejores tasas de interés, por eso es muy importante cuidar tu historial. Un mejor historial crediticio te puede dar mejores condiciones.

Preparación financiera

  • Enganche disponible: Por lo general, necesitarás entre 10% y 20% del valor de la propiedad
  • Gastos adicionales: Escrituración, avalúo, seguros y otros gastos extra, suman  aproximadamente entre 5 y 8% extra del valor. ¡Considéralo desde el inicio!
  • Fondo de emergencia: Ahorros equivalentes a 6 meses de tus gastos fijos, por si surge cualquier imprevisto

El mercado inmobiliario

Las tasas de interés y los precios de las propiedades fluctúan. Por eso es importante buscar el apoyo de un asesor financiero especializado, que pueda ayudarte a evaluar si es buen momento para comprar o si conviene esperar; e incluso presentarte otras alternativas para que puedas lograrlo.

Tu casa, una inversión en tu futuro

Endeudarse para comprar una casa representa mucho más que adquirir un lugar donde vivir. Es una decisión que impacta positivamente tu patrimonio, tu estabilidad emocional y tu futuro financiero.

El crédito hipotecario es, sin duda, el mejor ejemplo de deuda buena: te da un bien tangible puede subir de valor con el tiempo, te brinda estabilidad familiar, y te permite construir tu patrimonio mientras vives cómodamente.

Recuerda que la fórmula para mantener sanas tus finanzas es comenzar por salir de deudas y ahorrar o invertir después. 

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