A lo largo de nuestra vida podemos ir construyendo un patrimonio y, en muchas ocasiones, es importante protegerlo para darle el mejor cauce. Una de las opciones para hacerlo es un fideicomiso. Aquí te decimos qué es y cómo funciona.
Se pueden constituir fideicomisos para cualquier fin, sólo existe como condición que el objetivo de este acto sea totalmente legal.
Para alcanzar lo que se desea con este documento es importante asesorarse y ver que esté cubierto todo lo que requiere.
Un fideicomiso es un acto jurídico en el que una persona transmite a otra la titularidad de ciertos activos y/o derechos a través de un contrato.
Con ello, esta última persona los debe administrar bajo las condiciones y términos previamente estipulados en beneficio de un tercero.
Un fideicomiso sirve para proteger a los nuestros y/o a nuestro patrimonio. Con éste se puede garantizar la educación de los hijos, pagar una deuda, administrar nuestros fondos de inversión además de obtener seguridad financiera, entre otras cosas.
Tipos de fideicomisos
Cada fideicomiso es distinto y se conforma según las necesidades de las personas. Hay ciertos elementos que se mantienen para tener un contrato adecuado con las estipulaciones requeridas.
A continuación, enumeramos algunos fideicomisos, sin embargo, puedes revisar con tu asesor todas las opciones disponibles en el mercado para ver cuál se adecua a lo que necesitas.
Fideicomiso civil. Es el más común. Se celebra entre personas naturales o jurídicas para transferir bienes o activos por un determinado tiempo y después entregar al beneficiario.
En este tipo de fideicomiso puede entrar cualquier tipo de bien material o inmaterial como propiedades, vehículos, utensilios, oficinas, entre otros.
Fideicomiso financiero. Se lleva a cabo entre una empresa o una persona física y el fiduciario. Sirve para establecer y formalizar que el segundo tendrá el poder sobre ciertos bienes o activos líquidos de la empresa hasta que se deban transmitir al beneficiario.
Con este fideicomiso se pueden obtener recursos para distintos fines por medio de los activos que conforman el fondo.
Fideicomiso bancario. Sólo pueden celebrarse con entidades bancarias. El contrato de este fideicomiso autoriza a los bancos permiso para administrar e invertir los activos que se tienen para que el capital del beneficiario aumente.
Fideicomiso de inversión. En este caso, el fiduciario recibe fondos económicos, bienes o activos para ser invertidos, según las condiciones mencionadas en el contrato.
Fideicomiso de educación. Está especialmente diseñado para personas naturales, donde el contratante entrega una determinada cantidad de fondos al fiduciario para que éste los invierta y con ello se garanticen los gastos de educación de los beneficiarios.
Ventajas de un fideicomiso
Un fideicomiso tiene muchas ventajas y beneficios. De acuerdo a Scotiabank, aquí tenemos algunos.
Productividad. Al invertir los recursos dentro del mismo Grupo Financiero del fiduciario, existe la garantía de una amplia experiencia en el manejo de inversiones.
Disminución de carga administrativa. La institución Fiduciaria, es la responsable de realizar los actos encomendados en el contrato de fideicomiso, liberando al cliente y beneficiarios de carga o trabajo administrativo.
Conservación y protección del patrimonio. Mientras esté vigente el fideicomiso, la Institución Fiduciaria es la única que puede disponer de los bienes que se encuentran en el fideicomiso, de acuerdo a lo que se haya establecido en el contrato.
Beneficios fiscales. En algunos fideicomisos, como por ejemplo los de previsión social, se ven favorecidos tanto patrones como trabajadores, ya que las cantidades que se aportan son deducibles para efecto del pago del ISR, además, los rendimientos que genere la inversión se acumulan al fondo y el ingreso para el trabajador que recibe este tipo de prestaciones no se considera acumulable dentro de los límites que señala la ley.
Transparencia y seguridad jurídica. Al constituir un fideicomiso las partes saben que la operación realizada está protegida por la legislación vigente en México que regula ampliamente a esta figura y a la actuación del Fiduciario, lo que se traduce en transparencia y seguridad jurídica.
Cada caso es diferente por lo que debes identificar los beneficios que recibirás con la institución que estés contratando.
Un fideicomiso testamentario es un convenio legal a través del cual una persona, conocida como fideicomitente o testador, establece disposiciones específicas para la administración y distribución de sus bienes y activos después de su fallecimiento.
En su testamento, el fideicomitente o contratante nombra a un fiduciario, que puede ser una institución financiera o una persona de confianza, para gestionar los activos de acuerdo con las instrucciones estipuladas en el testamento.
Este tipo de fideicomiso permite al testador mantener el control sobre su patrimonio incluso después de su muerte, asegurando que sus bienes se distribuyan de acuerdo con sus deseos, ya sea para beneficiar a sus herederos, amigos, organizaciones benéficas o cualquier otro beneficiario designado.
Los fideicomisos testamentarios son una herramienta crucial en la planificación patrimonial en México, ya que proporcionan estructura, continuidad y seguridad jurídica para la transmisión de activos y la protección de los intereses de los seres queridos.
De acuerdo a la Cofide todos los contratos de fideicomiso deben contener lo siguiente:
Individualización de los bienes estipulados. En caso de que no se realice la individualización de los bienes del contrato antes de la fecha de la celebración del fideicomiso, es necesario detallar y describir los requisitos y las características que deben reunir los bienes.
El modo en que otros bienes pueden incorporarse al fideicomiso.
El plazo al que está sujeta la propiedad fiduciaria.
La identificación del beneficiario.
El destino de los bienes al término del fideicomiso.
Las obligaciones y los derechos del fiduciario y el modo de sustitución en caso de fallecimiento.
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