La vida cambia de un momento a otro.
A José Villela, médico de profesión, un accidente en el periférico de la Ciudad de México le cambió la vida. Es ahí donde inició su reto para superar la adversidad.
Al conducir después de 36 horas de guardia, el tránsito en la avenida Rómulo O´Farril llevaba un buen paso, hasta que, literalmente, todo se oscureció.
Un camión de grandes dimensiones que transportaba basura cayó encima del cofre de su carro.
A a José se le paralizó el cuerpo, pero nunca estuvo inconsciente.
Al regresar al hospital de donde apenas había salido de laborar, sus colegas médicos lo intervinieron con una operación quirúrgica para reconstruir la médula espinal.
“Sabemos que la vida cambia de un momento a otro, pero realmente nunca tenemos muy presente la magnitud del cambio que nos puede surgir en el día a día”, comparte José Villela, conferencista en la Aula SOC.
Siempre con actitud
Desde muy niño, José quería estudiar medicina para ayudar a los demás, pues su madre padecía de esclerosis múltiple y su papá había tenido cáncer y problemas del corazón.
Ahora, tras el accidente, Pepe, como también le gusta que lo nombren, no sabía qué iba a pasar con su vida con un cuerpo semiparalizado.
Su familia, amigos y colegas fueron una pieza fundamental en su recuperación tras haber permanecido en coma por 10 días.
Y, aunque a veces el ánimo decaía ante la expectativa de no poder moverse por sí mismo, él siguió adelante.
“Hoy entiendo que en situaciones, así queremos soluciones rápidas, cuando todo forma parte de un proceso, donde no hay respuestas rápidas cuando la vida te coloca en una realidad distinta”.
Pepe no solo terminó la carrera de medicina que había iniciado, sino que determinó realizar la especialidad en psiquiatría.
A la par de las decisiones profesionales, José decidió no dejar el ejercicio de rehabilitación que había emprendido en el gimnasio del hospital.
Comenzó a tomar clases de natación desde temprana hora nada menos con uno de los entrenadores de la Selección Mexicana de Natación.
Primeros frutos
José confiesa que antes de su accidente, nunca había realizado un deporte que le apasionara, sin embargo, la natación se convirtió en otro motor para seguir ante la adversidad que vivía.
Con un tratamiento completo que consistía desde atención de un nutriólogo, rutinas gimnásticas hasta asistencia psicológica, el tesón de José lo llevó a superar la adversidad y representar a México en los juegos centroamericanos y del Caribe en Barranquilla, Colombia, en el 2018.
También, estuvo en la serie de Berlín, sumando medallas para el país.
“La discapacidad también nos abre muchas puertas, pero es importante transformar la frustración, la tristeza, en algo positivo. En algo que te pueda mover, e ir por ello”, dijo en su charla virtual ante inmobiliarios, agentes de seguros y brokers financieros aliados de SOC.
Cerrar círculos
En la ponencia de José en la Aula SOC “La alegría ante la adversidad”, relata como él había logrado superar los infortunios del accidente que dejó inmovilizada parte de su cuerpo.
Necesitaba darle un sentido a la parte de la felicidad, después de haber cosechado frutos en lo profesional y en lo individual.
En 2017 conoció a Susana, hoy su esposa, quién dio sentido a esta etapa en la vida de José.
“Entender que la adversidad y los camiones de basura están ahí por algo. Que la adversidad es la sal de la vida y que no podemos huir al sufrimiento humano porque justamente es parte de lo que somos como seres sensibles, que tenemos pérdidas y momentos adversos”.
Reflexiona sobre dudas en torno a la actitud ante la pandemia y dice que más bien la pregunta es qué estoy haciendo con ese sufrimiento.
Pregúntate hoy, a manera de reflexión, como consejo ¿Qué estoy haciendo con mis camiones de basura? Estoy culpando al mundo, al universo, o estoy haciendo algo con ello.
La resiliencia es justamente la capacidad de hacer algo doloroso un estímulo y como seres humanos tenemos la capacidad intrínseca, o la podemos desarrollar.
Hay que aprender a sacar de ahí un crecimiento, no solamente llegar al punto en el que estábamos antes de que ocurriera, sino tener un crecimiento.
Te deseo justamente eso en tu vida: que los dolores, que los camiones de basura, que los sufrimientos se conviertan en estímulos, resalta.
“Mi cuerpo y mi mente me daban una gran lección y me decían: aunque no puedas caminar, puedes sonreír; aunque no puedas mover los brazos como antes puedes seguir sonriendo. Te deseo una vida de sonrisas y que todos tus camiones de basura se conviertan en estímulos”
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